martes, 25 de febrero de 2014

Medicina y redes sociales




Hace ya varios años que parecieran siglos que el internet y el mundo globalizado irrumpieron de a poco -pero firmemente- en nuestras vidas. 
Poco a poco han ido cambiando nuestras maneras de comunicarnos.

Incorporamos neologismos a nuestro idioma y lo adaptamos a esta realidad. Hay internet público casi hasta en los retretes y casi cualquier imagen puede hacerse pública en la red en cuestión de segundos. Para bien, pero también para mal.

Pareciera que la era digital que nos arrasa con dispositivos cada vez mas poderosos y diminutos nos haría más felices. Como si borrase de un plumazo nuestras fronteras y nuestras diferencias: Idioma, religión, etc. Pero no ha sido así. En mucho se ha vuelto el advenimiento del voyeurismo. Del chisme, pues. 
Mantenerse al último grito de la tecnología se ha vuelto casi un deber, un vicio sin mayor sentido que alardear de un dispositivo al que de todas maneras, se le da un uso limitado.
(Algo más allá de Facebook u otras redes sociales?)


El ejercicio de la medicina no se ha visto al margen de dicha “tecno vorágine”. Por un lado es posible establecer casi sin problema comunicación inmediata con un colega experto al otro lado del planeta. 
Pero…Por el otro, cualquier persona puede buscar el diagnóstico y tratamiento que mejor le acomode en fuentes de dudosa seriedad. Cuestionar al médico, exhibirle sin escrúpulos. La nota sensacionalista (máxime si involucra al médico) siempre vende bien. Da lo mismo si la acusación es cierta o no.
El juicio clínico es insistuible en la relación medico-paciente. Aquello de lo que hablaban los ahora empolvados libros de propedeutica. Tampoco hay nada que sustituya la palpación, la auscultación. La voz del médico como bálsamo que empieza la curación. Aunque el internet desborde de imágenes e información. 
Aunque cualquier actor se ponga una bata presentando como novedad lo que no es en los “infomerciales”. Aunque amague con calamidades tan espantosas como la caspa, las micosis y las hemorroides. Nada cambia el momento en que el médico nos dice “¿En que puedo ayudarle?”

El futuro del ejercicio médico pasa necesariamente por el uso juicioso del internet y de las cada vez mas populares redes sociales. Hay veces que el médico no tiene manera de abundar en un tema como no sea escribiendo de ello en un blogo en Facebook. Pero de ello a que los pacientes quieran consulta por whatsapp es otro cantar…

Eso sin hablar de las vivencias y emociones que todos los médicos experimentamos en este camino y que hacen que nuestras vidas se impregnen para siempre de una manera diferente (no mejor, no peor) de ver la vida. Y también la muerte.

Y todo lo que ocurre entre ambos momentos…


(ADD. Recién termino de escribir este texto en mi teléfono cuando me llega la noticia de una imagen del niño Jesús al que le atribuyen lágrimas de sangre en Irapuato. Mecachis….. Sigo sin entender que es lo que la gente quiere o no quiere creer. Y para qué)

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