jueves, 16 de junio de 2011

Prometido




¿Que puede decirle uno a una jovencita de 16 años que está consumiendose por un cáncer?
Lo que sea, es poco. ¿Prometer algo? Aun mas complicado. En ambos casos caer en la mentira es una gran tentación, pero no es una opción honrada.

(¡Vas a estar bien!/  No te va a pasar nada/ tienes toda la vida por delante)

En nuestro idioma esa barrera entre el "tu" y el "usted"  (cosa que en otras lenguas simplemente no existe) a veces impone una distancia poco conveniente entre médico y paciente, pero como yo apenas tengo el doble de años que ella, no me importó.

Platicábamos con una rara mezcla entre asombro, ternura y rabia. Asombro mio y las otras dos de ella, la rabia porque antes de pasar a quirófano su venoclisis se infiltró. Va de nuevo el piquete, corazón. Pero ambos brazos, con huellas y mas huellas de punciones, unas exitosas, pero la mayoría no.

Promete que va a ser el ultimo piquete, me dijo. No me lo pidió. Me lo ordenó. Clarísimo. Prometeme que van a dejarme en paz los brazos. Nada mas eso.

Si bueno, pensaba, tampoco va a dolerte nada, no vas a escuchar, te vas a dormir en un sueño profundo y cuando despiertes yo estaré contigo.

Pero su orden, su exigencia, era la misma. Menuda manera de pedirlo.

Empezando la cirugía, y ya bajo anestesia,  le coloqué un catéter venoso central. 

Su pronóstico sigue siendo sombrío.

Y yo sigo sin poderme responder que decirle a alguien, que a los 16 años, se está consumiendo sin retorno.


1 comentario:

  1. Hay publicado un trabajo que nos enseña que los presos a perpetuidad prefieren mejor la visita de un perro, la compañía de un perro, que la visita de un amigo. Algunas veces nos toca ser perro, en el mejor sentido de la palabra. Ser fiel y no hacer nada más que ser una buena compañía. Es muy difícil.

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