Esta escena es difícil de imaginar. No es una pose para la foto. Nadie la subió a las redes sociales. No se hizo trending topic en el twitter. El hombre parado frente al milico no es otro que el sacerdote católico Pierre Dubois, mas chileno que francés para mayores señas. No fue la primera, ni la ultima vez que hizo frente al horror de la dictadura pinochetista. En su cara, sin armas.
Una de las mejores y mas vivas expresiones de aquello que dice "nos tienen miedo, porque no tenemos miedo"
Destaco esta imagen porque su fiel vehículo no era otro que una buena bicicleta, seguro que no iba artillada y no llevaba mas protección que la divina en épocas muy duras no solo para Chile sino para Latinoamérica. Cosa de imaginarse a Pierre a dos ruedas por el rumbo de La Victoria lo mismo en labores propias de su ministerio que defendiendo a riesgo de su propia vida la de otros (esto también es difícil apartarlo de su esencia de cristiano, desde luego)
Se fue Pierre apenas hace unos días, en Santiago. Y ahí se queda para siempre.
Acaso sea uno de los primeros santos en bicicleta, no lo sabemos. Lo que si queda claro es que la santidad es un estado, en vida, desde el cual el amor se manifiesta al extremo.
Aunque allá en Roma luego ni se enteren.
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