lunes, 24 de enero de 2011

Tatic Samuel

 
 
"Tatic" (Padre)  Samuel Ruíz García

 


 Hace unos días cité a Luis Cernuda
 
Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.


 Hoy por la mañana ha dejado este mundo Don Samuel, padre noble de los mas pobres entre los pobres de nuestro México, de nuestro cercanísimo Chiapas, del sureste que hoy está triste.

Aquí algunas de sus palabras.
 
No dejaremos de esperar contra toda esperanza (Cf. Rm. 4,18)... que un día en nuestro amado Chiapas, y en nuestro amado México, "ya no habrá niños que vivan pocos días, ni viejos que no colmen sus años" (Is. 65, 20). Y todos los pueblos indios "construirán casas y vivirán en ellas, plantarán viñas y comerán sus frutos".

"Del metal fundido de muchos AK-47 se forjarán tractores y en lugar de enviar los impuestos, fruto de nuestro trabajo, para el pago de colegiaturas de militares a la Escuela de Las Américas, veremos aulas, quirófanos, bodegas, establos, laboratorios y dignidad en las cañadas y la selva de Chiapas, en los valles y en las montañas de nuestra Patria.” (Samuel Ruiz García, 28 de marzo de 1998)


“Hemos de saber discernir el signo de los tiempos, atendiendo con diligencia al clamor de los pobres, de los oprimidos, de los marginados y torturados y de todos aquellos que por motivo de raza y religión, o por su denuncia contra la injusticia, sufren persecución.”

“Los pobres de Chiapas son los indígenas, los campesinos, los trabajadores, los enfermos, los mestizos, los niños, las mujeres, los que no tienen amigos influyentes, los expulsados, los que no tienen trabajo y los de bajos ingresos”. (Samuel Ruiz García, "En esta hora de gracia", 1993)

Para leer mas de lo que fue en vida Don Samuel, dar click aquí

viernes, 21 de enero de 2011

¿Qué tienen de diferente?



En el medio hospitalario es frecuente encontrar cierto menosprecio al paciente institucional. El sueldo, los pocos estímulos y reconocimientos hacen que el médico trabaje de malas, con desgano, y desquite no solo sus presiones, sino también sus frustraciones en el paciente.

Por arte de magia, toda esa situación suele cambiar cuando se trata de un paciente privado, en un hospital caro, sin carencias, con un cliente paciente que va recién bañad@, impecablemente vestid@, maquillad@ incluso. Puede estar uno delante de un ser humano despreciable, pero la percha, esa sí impresiona. Y todo es suavidad, palabras tersas, cortesía que se vuelve una triste mueca del trato que no se da en el hospital de todos los días.

Por eso mi pregunta es. ¿Qué tienen de diferentes unos de otros?

¿Genéticamente? NADA, ¿Desde el punto de vista anatómico? Quizá solamente las inherentes a su sexo y complexión Pero también a su cultura, su idioma y sus costumbres. A su identidad espiritual si se quiere ahondar en térmicos metafísicos. Y ya.

Es cierto que todos somos únicos y diferentes, que medicamente existe la idiosincrasia farmacológica. Pero nada de todo lo anterior, justifica ni legitiman las diferencias que algunas veces son tan acusadas y evidentes entre el trato a uno u otro paciente.

La diferencia en todo caso para mi sería, uno me paga de su dinero y el otro solamente alcanza a darme las gracias, porque dinero no tiene.

Esta discriminación no solamente abarca el comportamiento individual del médico, sino que alcanza sistemas de salud enteros tan disímiles entre sí como el de los llamados países desarrollados y los países pobres.

Sin ahondar por ahora en términos de medicina social y comparaciones de los diversas sistemas sanitarios en el mundo, dejo un vídeo que muestra lo que puede pasar (adivínese donde) en uno de los países mas civilizados del orbe.

martes, 18 de enero de 2011

Don Ramón Pardo



Hace mucho tiempo, más del que cualquiera de los vivos pueda testimoniar, la medicina no era como la conocemos. Era la época gloriosa en que el médico, para documentar el conocimiento era capaz de experimentar gustoso en sí mismo y después publicar, escribir, diseminar su experiencia para contribuir -en la medida de lo limitada que era la comunicación en ese entonces- al avance de la medicina. Los ultimos años del siglo XIX fueron la época de Carl August Gustav Bier, quien en compañía de su asistente (de quien además se sabe, era su tocayo) August Hildebrandt se puncionaron uno al otro la espalda a la altura de las lumbares en repetidas ocasiones...obteniendo éxito con la inyección subaracnoidea de ¡cocaína! Aquello marcó un hito en la historia de la anestesia. Supóngase que aquello de alternar quién anestesiaba a quién, bien pudo ser por falta de voluntarios, pero el caso es que Bier padeció una cefalea tremandamente espantosa por algo así como 9 días mientras que Herr Hildebrandt, solamente por 4.  Habían festejado con vino y puros el éxito pero el dolor de cabeza, seguramente no fue por eso. La cosa fue que algún pero le han de haber encontrado al asunto pero terminaron por no recomendar la técnica sino hasta unos 6 años después del curioso experimento de marras. Y eso con mucha, pero mucha cautela.

Pero en este lado del mundo....

Existió un notable médico, Don Ramón Pardo, culto, sobrio, amigable. Conocido de la tertuliana sociedad oaxaqueña de aquel entonces, amigo de Don Angel Vasconcelos, el noble sacerdote que encabezaba los esfuerzos del Hospital de la Caridad. Ávido de lecturas supo de aquellos experimentos. Y se animó, y fue así como un día de 1900 se practicó en esta ciudad de Oaxaca la primera anestesia raquídea que se tenga registrada en México, y muy probablemente una de las primeras veces que se hizo en el continente. En su momento y quizá por modestia de Don Ramón Pardo la historia no le hizo la suficiente justicia. Hoy comparto la historia de su vida y obra en un excelente trabajo del compañero anestesiólogo Dr. Aurelio Cortés.

Dando click aquí podrá consultar la obra.



 

domingo, 16 de enero de 2011

Ojalá supieras...






Gracias por dejarme estar contigo, a tu lado.

Verás, tu apenas me conoces, pero mucho ha pasado para que en este momento, en este lugar, ambos estemos juntos.

Pero cuando despiertes, hablaremos de nuevo, vendré a verte, haré todo lo que este a mi alcance para que tu estés bien.

Empezaré diciéndote que no hay nadie, de verdad quiero decirte, NADIE que sea más importante que tu.

Han pasado muchos, muchos años y experiencias para que estemos aqui.

Mientras tu duermes me quedaré contigo, cuidando de tu cuerpo, de tus latidos y tu respiración, de todo lo que te mantiene con vida. No dejaré que nada malo te pase. De verdad te lo digo, deseo con todas mis fuerzas que estés bien.

Ojalá supieras que no he tenido un buen día

Que no he dormido.
Que no comí.
Que me siento enfermo.
Que mi familia está esperándome aunque saben que no voy a llegar.

Pero, ¿sabes? todo eso ha dejado de importarme desde que estoy contigo. No son tus problemas. Perdona, no me hagas caso.  No hay nadie que sea más importante que tu. Soy tu médico y estaré a la altura de tu confianza.

Gracias por dejarme estar contigo, a tu lado. Por darme la mano ahora que acabas de despertar.

martes, 11 de enero de 2011

1936




En estos días, que han sido meses, y que ya fueron varios años, poco a poco la humanidad, nuestro país y nuestro entorno se rodea de un deterioro sensible. Hay mucho de podrido en el ambiente. "Crisis de valores" o "Crisis moral" le gusta llamarla a algunos sectores. Corruptio optimi pessima. Sin embargo, aun en este tiempo existen destellos de luz en medio de tanta tiniebla. El bien sigue existiendo, el deseo de hacerlo y replicarlo siempre será mas poderoso que la maldad.  Algo así decía hace casi tres cuartos de siglo el poeta Luis Cernuda, español de nacimiento, mexicano por amor a esta tierra donde terminó sus dias.

Luis Cernuda escribió estos versos en 1961, cuando al terminar una lectura de poemas en una universidad de los Estados Unidos, se le acercó un hombre de su edad, un antiguo soldado de la Brigada Lincoln. El poema se titula 1936. No es sólo un poema sobre la Guerra Civil, ni sobre lo que aquella guerra representó para millones de demócratas en el mundo entero. Es un poema que habla de la fe, de la dignidad y de la nobleza, de lo mejor de los seres humanos.

1936

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

En 1961 y en ciudad extraña,
más de un cuarto de siglo
después. Trivial la circunstancia,
forzado tú a pública lectura,
por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
en la Brigada Lincoln.

Veinticinco años hace, este hombre,
sin conocer tu tierra, para él lejana
y extraña toda, escogió ir a ella
y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
juzgando que la causa allá puesta al tablero
entonces, digna era
de luchar por la fe que su vida llenaba.

Que aquella causa aparezca perdida,
nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
sólo atendieran a ellos mismos,
importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

Por eso otra vez hoy la causa te aparece
como en aquellos días:
noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.


Gracias desde la historia, Luis Cernuda, lo recuerdo yo, y lo recordaré a otros.

domingo, 9 de enero de 2011

Había una vez...


Hace algunos pocos años, cuando elegí a que dedicar el resto de mi vida como médico "Anestesiología" y todo lo que se le relacionara sonaba desconocido, realmente lo era. Algo de lo que nunca se habló en la universidad, al menos no de la manera que uno la conoce o empieza a conocerla, como esa compañera que permanece al lado todo el tiempo y de repente, suelta un zarpazo como mortal ingrediente.

Lo conocido por todos era el médico algo mas lucrativo socorrido que uno; el ginecólogo, el pediatra, el cirujano, etc, etc.

Y llegaron los primeros días, los primeros desvelos.

El frío, la ciudad nueva, los compañeros nuevos y desconocidos

Nada de fisiología, apenas un poco de farmacología, algo de anatomía -toca aqui, siente bien el espacio intervertebral- me dijeron y a volar, joven.

-¿Número de guantes?


Sieeeete y me-me-medio -creo que dije-.


Muy bien, ve avanzando, sigue, (¡¡Señora, por favor no se mueva!!) cuando sientas que atravieses el ligamento amarillo (¿¿y si no es amarillo sino verde??) habrás llegado al espacio peridural, eso, muy bien, pasa la dosis, inserta el catéter y listo.

¿Y eso era todo?

El resto del camino, hasta hoy, me enseña todos los dias que eso tan simple, tan rutinario, tan insípido a los ojos de los demás no es sino un delicioso arte que nos embelesa a los anestesiólogos.

Nos sorprende, nos emociona, nos da satisfacciones que jamás serán compensadas por el dinero.

Aquel día fue sólo el principio. De eso tratará este blog, de historia, sentimientos, emociones y algo de plática entre amigos.

La primer anestesia (y cirugía de tórax) de la historia



Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Y le sacó una de sus costillas, tapando el hueco con carne. (Gn 2, 21)